En verano, esta estructura natural fija CO2 de la atmósfera mediante la fotosíntesis (el sistema más eficiente que existe). La planta desprende oxígeno y vapor de agua. Este vapor de agua fomenta la absorción de calor de los materiales de superficie de la fachada, y genera una convección, reduciendo junto con el sombreamiento la temperatura superficial de la fachada. Esto se traduce en la minoración de las ganancias térmicas a través de la fachada. Una estudiada estrategia de ventilación natural aporta confort a todas las estancias.
En invierno, la caída de las hojas permite el paso de la radiación a los muros lo que ayudan a mantener una temperatura interior constante de 15ºC.
La bodega debe satisfacer las necesidades del vino y del hombre, ello obliga a tener en cuenta los parámetros de confort tanto del vino como de las personas. Son dos seres vivos que comparten espacio.